LECCIONES MAGISTRALES DE DOS GANADORES NATOS
A Pau Gasol le está costando, sorprendentemente, digerir su reciente victoria, con los Lakers en la NBA, una cima que ningún otro jugador español había logrado hasta ahora. De repente, se le han agolpado los recuerdos de los sacrificios y las dificultades vividas hasta llegar allí: los comienzos en Barcelona, donde su carrera deportiva todavía estaba tomando forma; los siete años en Memphis, un equipo mediocre en el que la derrota era casi intrínseca a su cultura; y también el triple fallado en el último segundo en la final del Europeo de Madrid en 2007 que frustró la victoria de España. Y, por supuesto; le suele venir a la mente la clamorosa derrota de los Lakers en la final de la NBA ante los Boston Celtics hace un año. Entonces, el jugador de Sant Boi no rindió lo esperado y le llovieron aceradas críticas, algunas de las cuales ponían en duda su propio talento para medirse con grandes torres como Gamett o Howard.
Gasol, lejos de venirse abajo, se entrenó aún más duro con la única obsesión de ganar y neutralizar los ataques. En la revancha de este año ha dado el do de pecho. Todos, desde los compañeros a los medios de comunicación, pasando por el entrenador o los aficionados, se han quitado el sombrero y han reconocido que ha sido una pieza clave en la conquista del anillo de la NBA.
Su amigo Rafael Nadal también tuvo que morder el polvo antes de saborear las mieles de la victoria en la impecable hierba del Old England Club de Wimblendon en 2008, un trofeo con el que no se alzaba un español desde hacía cuarenta años. Este logro no puede entenderse sin la derrota sufrida en la final de 2007 ante el suizo Roger Federer en ese mismo escenario. Tras perder aquel combate en cinco sets, todo el mundo pensó que el balear había desaprovechado la oportunidad de su vida. Nadal lloró amargamente por la derrota pero, al final, se rehizo. El pasado año, de nuevo con Federer al otro lado de la red, vivió adversidades similares pero las resolvió de una forma exitosa. Lejos de hundirse por las inclemencias del tiempo o las bolas de partido malgastadas afrontó el último set del partido, el definitivo, con la fortaleza anímica de quien sabe que ha aprendido la lección. Y ganó.
¿Qué pueden aprender las empresas de estos astros? ¿Cuál es la fórmula de su éxito? ¿Cómo planifican su trabajo hasta lograr la victoria? Capital ha entrevistado a Gasol y a Nadal, dos ganadores natos con cualidades deportivas y personales excepcionales, para reflexionar sobre éstas y otras cuestiones.
- ¿De qué se aprende más, de la victoria o de la derrota?
-Gasol: Las derrotas te hacen más fuerte y te hacen valorar en su justa medida las victorias conseguidas antes y después.
-Nadal: De las derrotas se aprende más que de las victorias, pero también es importante saber aprender de estas últimas. Hay veces en las que he ganado y no me he sentido bien. Es importante no caer en el error de decir gané, así que está bien.
El tenista manacorí, que por culpa de una lesión ha sido destronado de lo más alto del tenis mundial, tiene algo más que añadir: "También me ha ocurrido que perdiendo me he sentido contento porque no pude hacer más. El rival fue simplemente mejor. Allí es difícil aprender pero siempre hay algo. En general, hay que tomarse las victorias y las derrotas con serenidad".
Cuando se escuchan las palabras del mejor tenista español de la historia son inevitables los paralelismos con la economía española y su tejido empresarial. Durante años, hemos crecido con brío, siempre por encima de la media europea, pero sin que hubiese unos cimientos sólidos y un "buen juego" que avalase ese crecimiento. Ganábamos sin jugar bien. Pero nos daba igual, nos creíamos la envidia de Europa y los campeones de la Champions League europea. Y ahora que ha reventado el boom inmobiliario y llevamos meses encadenando derrota tras derrota -en forma de desempleo desbocado, cuantiosas quiebras empresariales, morosidad alarmante... - hemos caído en el discurso victimista y en el desánimo. Y no tenemos del todo claro cómo rehacernos para volver a ganar los partidos.
Como advierte el ex presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, en este misma edición de Capital, corremos "el riesgo de cerrar en falso esta crisis sin aprender la lección". Un desliz que nunca cometerían Nadal y GasoL un espejo en el que mirarse para salir del pozo de la recesión. "Nadal y Gasol son el ejemplo de que si ellos pueden triunfar, nosotros también y no sólo en España, sino en todo el mundo. Si nos lo creemos, lo conseguiremos", sentencia el presidente de USP Hospitales, Gabriel Masfuroll. Este directivo insiste en la relevancia del abanico de valores que encarnan los dos jóvenes: esfuerzo, disciplina, talento, talante ganador, ambición sana, tenacidad, rigor, ética y humildad no fingida. "Estas virtudes, que coinciden con la tremenda crisis que nos abruma, deben ser la palanca y catapulta que utilicemos todos los ciudadanos de este país para creer que podemos hacer cosas y muy bien hechas. Sólo así podremos salir de este agujero negro que nos invade y corroe" dice el ex vicepresidente del Barcelona.
Opinión compartida por el profesor del Iese, Santiago Álvarez de Mon, quien afirma que "las lecciones de sus carreras son universales y aplicables a los presidentes de las mayores corporaciones así como a jóvenes profesionales que están empezando en el mundo de la empresa".
-Pau, ¿qué mensaje trasladarías a la sociedad y al empresariado español en la crisis actual?
-En momentos de dificultad es bueno tener una actitud positiva y trabajar aún más duro que antes para reconducir la situación. Hay que ir partido a partido y relativizar las cosas negativas.
El jugador de los Lakers se aplica la misma receta cuando los partidos se le ponen cuesta arriba y las cosas no salen bien. "En estos casos intento hacer todo lo posible por reconducir la situación y por conseguir el mayor y más inmediato impacto positivo en el equipo". Idéntico tratamiento prescribe Nadal. Aunque el tenista va más allá y piensa que hay que hacer de la necesidad virtud y tener una actitud psicológica optimista. "He aprendido a disfrutar sufriendo", recalca.
Actitud positiva, entrega y espíritu de sacrificio forman parte del ADN de los dos campeones, que desde niños han entendido que cada entrenamiento tenía un valor, que cada bola que golpeaban o lanzaban a canasta era determinante y que había que jugar todos los partidos como si fueran auténticas finales olímpicas. Una implicación casi artesanal con el trabajo. Pese a ser los números 1 se entrenan con la exigencia propia de quien sueña con serlo. Y lo más probable es que jamás abandonen el deseo de perfeccionarse, esté o no delante el público para aplaudirles, estén o no delante las cámaras de televisión para filmarles. "El afán de esfuerzo y superación, y la motivación permanente es lo que diferencia a los grandes del resto", dice Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del Real Madrid. "Creo que soy un jugador que siempre lo da todo en la pista; que lo intento. Si gano o pierdo es otra cosa", comenta Nadal.
¿Pero qué es más importante el esfuerzo o el talento? Aquí las opiniones de las dos estrellas no coinciden del todo. Rafa, como buen amante de la cocina, piensa que hay que combinar bien los ingredientes."Está claro que sólo con talento o con esfuerzo no se consigue nada. Hay que tener esa mezcla ideal y saber trabajar ambas desde pequeño. Pienso que hay que ser muy disciplinado; tener espíritu de sacrificio y mucho trabajo". Pau, sin embargo, da primacía al entrenamiento: "La disciplina y el trabajo son más importantes. A base de trabajo, ambición, humildad y deseos de triunfar, pude dar ese salto de calidad para llegar hasta donde estoy hoy".
Tras esta predisposición espartana al sufrimiento y la obsesión por la mejora continua, se esconde una enorme receptividad a los consejos ajenos -dicen los que les conocen que son buenos discípulos y máquinas de aprender, siempre dispuestos a escuchar- y una fortaleza mental incluso superior a la de sus esculturales cuerpos. Quizás esta última arma sea, si cabe, más evidente en el caso de Nadal. "Mi cabeza ha hecho que haya ganado muchos partidos que eran muy complicados", reconoce el mallorquín. Esa psicología de acero es la que le ha permitido mantenerse a flote en este duro verano en el que una lesión de rodilla le ha impedido defender su título en Wimblendon y seguir reinando en el tenis mundial. Contratiempo que se toma con naturalidad, pues considera que el éxito es perenne. "Tú pierdes el número 1 ¡y faltaría más que fueras infeliz por ser el 2 ó el 3 del mundo!", afirma Nadal, que no suele buscar excusas a sus problemas. Como advierte su tío, que es también su entrenador y confesor, "Rafael está entrenado y educado para saber que él es el responsable de sus victorias y de sus derrotas". Pocas veces achaca sus resultados a la buena o a la mala suerte. "La gente pierde mucho tiempo echándole las culpas a factores externos que no controla y barrer las responsabilidades a otros", apunta Álvarez De Mon.
Aunque el común de los mortales tiende a estigmatizar los errores, lo cierto es que éstos encierran grandes enseñanzas. Pero para extraerlas hay que tener un diálogo fluido con el error y aprender de él, justo como lo hacen los dos deportistas españoles. Ellos no tienen miedo al fracaso y no se torturan con los errores. Éstos "se ha convertido en su palanca de aprendizaje”, sostiene el profesor De Mon. De nuevo, surge otro paralelismo con la economía española. ''Este país convierte el error en fracaso. La empresa española debería hacerle un hueco, es la otra cara de la excelencia. Si no, la creatividad se va. En Silicon Valley o Israel fomentan la cultura del error porque se parte de que se aprende de ellos. En España te matan", sentencia este gurú del management.
Y si dentro de la pista Gasol y Nadal derrochan sacrificio, fuera de ella se comportan con humildad y respeto hacia sus rivales. No son soberbios, ni maleducados, ni estridentes, sino todo lo contrario. Son tipos normales que no han perdido el norte por un éxito precoz y de impacto universal. Saben de dónde proceden y lo que cuesta conseguir las cosas. Ahí reside parte de su grandeza. "Esto es impagable y también aplicable a la empresa. Cuanta más gente tienes que sea además gente buena y con talento, mejor será tu empresa", subraya Masfurroll.
Esta actitud modélica de fairplay de Gasol y Nadal, fuera y dentro de la cancha, obedece en gran medida al papel importante que en ambos casos desempeña la familia. "Han tenido y siguen teniendo un entorno familiar y personal magnífico que les protege, cuida y se preocupa por ellos, para que puedan realizar su profesión adecuadamente y bien concentrados", recalca el empresario catalán. Su círculo íntimo ha creado el caldo de cultivo ideal para que desarrollen su talento y rechaza el exceso de permisividad, la cultura del éxito inmediato, la banalización del esfuerzo y la fragilidad de los referentes sociales. "Me gusta tener los pies en el suelo", comenta Gasol. Una relación, la de los astros con sus familiares, que explica en parte la trascendencia que dan al trabajo en equipo, al que consideran "vital" y superior a la actividad individual.
-Rafa, en el tenis, que no deja de ser un deporte individual, en el que a la hora de la verdad compites tú sólo con el rival, ¿qué papel juega el equipo?
-El equipo es importante. Cada uno tiene su función y debe de funcional' de manera organizada. En mi caso estoy muy contento de la gente que me rodea y me ayuda.
- Pau, ¿cuáles son las claves de un buen trabajo en equipo?
-Las claves son la química entre los distintos integrantes del equipo, que cada uno asuma su roí, y que haya un buen balance dentro del equipo. También tiene que haber una o varias figuras que ejerzan de líder dentro del equipo y tiren de los demás.
Aviso a navegantes empresariales: cada cual debe ocupar el lugar que le corresponde en la empresa. Porque ¿qué pasaría si Gasol jugase de base y no de pívot? ¿Hubiesen ganado los Lakers el anillo? Probablemente, no. "Todos, por muy buenos que seamos, tenemos unas determinadas habilidades. Hay que elegir a los mejores para cada puesto en la empresa", dice Masfurroll. Si se viaja contranatura no se consigue la excelencia.
Nadal y Gasol, es indiscutible, han aprendido a conducir con las luces cortas y largas al mismo tiempo, una habilidad que les permite trabajar intensamente en el presente sin perder de vista el horizonte del largo plazo. Y a la economía española y a muchos directivos tampoco les vendría mal aprender este juego de luces -una buena estrategia para evitar el cortoplacismo- para bregar contra la crisis a la vez que se aclara adonde queremos llegar como país. Y sobre todo, no hay que olvidar esta máxima de Gasol: "No hay que dejar de trabajar por conseguir victorias, y luchar para estar arriba". Ánimo.
Sacado de la revista “El Capital”, septiembre de 2009
Le o artigo e contesta:
¿Qué paralelismos pretenden establecer los autores del artículo entre la situación económica de España y estos jugadores?
¿Cuáles crees que son las ideas más importantes que aportan estos jugadores?
RESPOSTA
Os paralelismos qu prentenden establecer son que unha persoa nunca se pode rendir por unha derrota das derrotas aprendemos e debemos intentar cambia o que non funciona .Agora esta crise ven dada por algo que non funcionou e debemos saber o que foi e corríxilo para que non volva a suceder polo mesmo motivo .Por exemplo se Pau Gasol perde un partido por fallar 4 tiros libres o que debe facer e entrenar e practicar os tiros libres para que noutro partido non lle pase o mesmo.Se esta crise se provocou por un despilfarro descumunal cando estaban as vacas gordas agora debemos saber que despois de vacas gordas sempre ven unha época de vacas fracas polo que para evitalo teremos que intentar deixar as vacas nin gordas nin fracas cando hai cartos non gastalos "ao tolo" porque despois sabemos que cando non os hai.....vémonos coa auga ao pescozo.
As ideas que mellor expresan estes xogadores é o afan de superación sempre podemos mellorar o que temos nunca chegamos ao fin .Hai que seguir emprendendo no caso deles entrenar e aprender das derrotas pero nunca rendirse .Por moi bo que señas nun deporte non vas gañar sempre polo que se queres seguir sendo o mellor tes que superarte ano a ano .Este o que debemos aplicar a vida dunha persoa normal e corriente non fai falta ser unha estrela do deporte para ter que superarse .TODOS TEMOS QUE SUPERARNOS NO NOSO CAMPO DE TRABALLO ,NUNCA SOMOS OS MELLORES. Se non conseguimos superarnos na primeira vez debemos seguir intentando superarnos , NUNCA RENDIRNOS ,NUNCA .
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